La tragedia reciente ocurrida en Lima, el pasado sábado, cuando un centro rehabilitación para toxicómanos se incendió, ha reabierto el debate sobre la efectividad de estos lugares para tratar las adicciones.
Partamos del hecho que todas las personas estamos propensas a alguna de ellas, cuando perdemos la perspectiva de las cosas, y confundimos fines y medios, algo que trataremos (o ya hemos tratado) con más detalle.
Muchas de estas organizaciones toman el nombre de Cristo o Dios para garantizar curas basadas en la Palabra, lo que puede ser de ayuda, pero sin la voluntad del paciente y la debida asistencia profesional -ojo, profesional- es imposible.
Lamentamos profundamente las 28 muertes que se pudieron evitar si las autoridades hubieran ejercido adecuadamente sus labores de fiscalización, pero hubiese sido mucho mejor si es que se huviera apostado por medidas preventivas en todo el sentido de la palabra.
Una de las cosas que creemos aquí es que un estilo de vida saludable es una puerta cerrada a las adicciones, y si se ponen a revisar todo nuestro contenido podrán dar constancia de ello, y es allí donde se deberían orientar no sólo los esfuerzos del Estado sino de cada uno de nosotros.
Muchos chicos que empiezan a experimentar lo mismo que nosotros se enfrentan a un mundo discriminador que comienza por sus familias. y terminan haciéndoles mendigar cariño, como un meor de edad que puso un aviso en la red pidiendo, prácticamente, un padre y amante al mismo tiempo.
Si es que este chico no recibe orientación profesional oportuna y no se decide a explorar su propio yo, y a hacer algo de deporte, es candidato fijo a caer en estos cuadros de adicciones.
Reflexionemos y pensemos qué podemos hacer para que nuestra sociedad realmente sea un sitio donde, al margen de nuestras preferencias, podamos desarrollarnos como lo que somos realmente, y que tengamos ganas de aportar para el bienestar de todos sin excepción.
Dejemos de preguntarnos ¿qué es lo que harán los demás? y pasemos al ¿qué haré yo?
Pero pasemos de la reflexión a la acción.
Una buena salud física y mental evita que caigamos en estos problemas, pero dependerá sólo de nuestro esfuerzo y convicción.
Cuerpos hermosos, mentes fantásticas y vidas plenas: a eso debemos apuntar.
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