Imagina que llegas a tu jato luego de chambear, y al entrar, tus viejos te reciben molestos, y con una desagradable sorpresa en las manos: las fotos de tu último encuentro sexual con un pata que conociste por la red.
Y encima, imagina que ellos, lejos de ponerse de tu lado, deciden echarte de casa, y procurar poner a toda la familia en tu contra.
No hay que imaginar mucho porque eso pasó, y el causante de todo este conflicto ha sido un sujeto que se hace llamar "Roberto", y que dice trabajar en la caja de una tienda de ropa que hay entre el Óvalo Grau y el Atrio de la Catedral de Piura (para que vean que ubicadazo ya lo tenemos).
Tras seducir a un chico, y sacarle plata ¿ya entienden por qué no recomendamos chicos así de fácil?), fotografió su último encuentro, y luego extorsionó al muchacho (hay pruebas, jejejej), y como éste se negó a pagarle, fue misma tía chismosa con las fotos.
Por supuesto que "Roberto" tendrá su merecido pronto, pero analicemos la otra parte.
Definitivamente hay una cadena de errores: primero confiar plenamente en un desconocido, y sobre el que nadie tiene referencias (¿como que están proliferando, no?); segundo,no tomar precauciones; tercero, no ponerle un estate quieto oportuno; cuarto, y éste es el error de los viejos, caer en el juego del hijo de puta de "Roberto", y en vez de brindar apoyo a su hijo, ponerlo de patitas en la calle.
¿Qué opciones tomar en esos casos? Es cierto que lo primero es lidiar con la frustración, pero una cosa que nunca debes perder de vista es que, al margen de asumir la responsabilidad de tus errores, debes aprender a ser fuerte, y encontrar esa fortaleza dentro de ti mismo.
No siempre nos damos cuenta de todas las ventajas que tenemos -nos referimos a las actitudinales, no las físicas- y no las desarrollamos como debe ser, pero tampoco es tarde para hacerlo nuncca.
Al igual que sacar un cuerpazo, deberíamos también formarnos en el ámbito psicológico, y, al mismo tiempo que la musculatura física provee fortaleza física, es necesario formar musculatura mental para tener fortaleza ante la vida.
Todo parte de la intención de ser fuerte, de reconocer todo lo bueno -y lo malo- que tienes, y potenciar y corregir: aprender a quererte, a darte cuenta que eres valioso, a luchar, a salir por tus propios medios sin depender de nadie más.
De nada sirve la buena forma externa si por dentro andamos débiles, o viceversa. La idea es que todo tenga un balance, que dejes de ser un simple seguidor y te conviertas en un líder.
Y como en los entrenamientos físicos, cuando no vemos resultados, acudir a alguien que tenga el conocimiento profesional que nos permita ir desarrollando la disciplina suficiente para remontar lo presente.
Los buenos -pero los buenos- amigos también serán de mucha ayuda. Recuerda que los reconocerás por su apoyo incondicional, pero también por decirte las verdades que otros jamás lo harán, sin mala saña, dejándote la libertad de tomar tus decisiones.
Nadie tiene derecho a pisotearte, y tú tampoco. Esa sería una primera cosa que no debes olvidar.
Pero otro aspecto que debes interiorizar es que, una vez cumplidos los 18, tú eres el creador y desarrollador de la mayor obra de arte que haya visto la humanidad: tú mismo.
Nadie más lo hará por ti, y quien te lo ofrezca, te está mintiendo, o está peor que tú.
Ser fuerte también significa ser cauto, ser ccuestionador, ser inteligente, ser leal, ser honesto, ser justo... y a propósito de justicia, "Roberto", ya hiciste tu mala acción, y te dio resultados (aunque no sacaste plata), pero, el mundo gira y nos devuelve con creces lo que damos a los demás... nos encargaremos de ello.
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