domingo, 12 de febrero de 2012

SOT-2012-007: Azotea caliente

Yo soy vigilante de un edificio de cinco pisos, destinado a educación superior. Funciona de lunes a viernes a lo largo del día, y los sábados sólo hasta el mediodía. Yo tengo 40, soy atlético, 1m76, 80 kg, y en mis ratos libres hago pesas y algo de aeróbicos. Les contaré lo que pasó el último sábado con mi sobrino, de 22 años, universitario, algo atlético también, 1m72, , que me pidió de favor que le diera acceso a la azotea para hacer fotos de la ciudad.
Le dije que tendría que ser en un momento que no haya nadie porque el acceso al edificio es restringido, en especial a la azotea, porque varias veces se han encontrado a algunas personas en pleno acto sexual. A veces he tenido que recoger condones usados.
Mi sobrino me dijo que normal, porque justo quería tener la luz de la tarde para hacer un trabajo de fotografía que le habían dejado.

16:20
Llega mi sobrino. Con mucho cuidado de que no me vean, lo hago entrar.
Justo me acababa de levantar de mi siesta de la tarde, luego de haber limpiado las plantas superiores.
Mi sobrino sube, prepara su cámara y comienza a hacer sus tomas.
Yo aprovecho para terminar de limpiar algunos corredores de la planta inferior a la azotea.

16:50
Termino de limpiar, y me voy a tomar un baño.

17:10
Tras bañarme, salgo y me pongo solamente la toalla. quiero ver si mi sobrino está bien, porque no lo he oído en todo ese lapso.
Al llegar a la azotea, lo veo inclinado, poniendo su cámara entre las celosías, y tomando fotos.
La luz se ha vuelto amarilla intensa y la ciudad se ve bonita desde este punto, pero lo que a mi me llama la atención al llegar son las redondas nalgas de mi sobrino.
Me las quedo mirando, pero trato de no solazarme con esa visión, puesto que somos familia.
Mi sobrino se asusta y se da cuenta que estoy detrás.
Se voltea, me sonríe.
- Ya casi termino, tío.
- Normal. ¿Todo bien?
- Mostro, tío. De aquí te enseño las fotos.
De pronto se me queda mirando, y súbitamente me toma una foto.
- ¿qué haces?
- Nada tío. Te ves bien con ese fondo y esta luz.
- ¿En serio?
- Sí, mira.
Me muestra la foto en su cámara. Realmente me veo muy bien. ¿Cuántos hombres de mi edad pueden decir que tienen un físico envidiable?
Entonces, me da un ataque de vanidad.
- Oye sobrino, ¿y... por qué no me tomas fotos?
- ¡Claro! No es mala idea. aprovechemos la luz.

17:25
Sin más ropa que la toalla que me cubre, comienzo a posar a los requerimientos de mi sobrino.
No me hago problemas cuando me pide que me quite la toalla y me la ponga cubriéndome mis partes íntimas. Luego, totalmente desnudo, aprovechamos un murito para ocultar mis genitales y acer varios desnudos artísticos. Como soy lampiño de pecho y nalgas, dice que se me ve excelente para las fotos.
- Tío, ¿y te animas a hacer un desnudo frontal?
- ¿Como así?
- Mostrándolo todo.
Dudo. Pero, ya estaba embarcado en el carro. La vaina es que mi pene comenzaba a erectarse, no sé por qué. aún así, mi sobrino me hizo varias tomas. En las últimas ya tenía una erección completa. A pesar que trataba de ignorarlo, mi pene no perdía rigidez, y, como mi sobrino no me decía nada, me lo tomé como algo natural.

18:10
Terminamos la sesión. Mi sobrino me alcanza la cámara para mostrarme las fotos.
La verdad no me veo nada mal; al contrario, las tomas están como para hacer un calendario.
A todo esto, mi pene sigue erecto.
- Excelente trabajo, sobrino, pero... como que algo aquí... ¿no estaría subido de tono?
- ¿Te refieres a tu erección?
- Pensé que no lo notaste.
- Imposible notarlo. ¿Cuánto mide?
- Como 17. ¿Por qué?
- No se ve mal en toda la composición. Si quieres las borro, pero son buenazas.
- No. No las borres.
- Gracias tío, por ayudarme.
Dicho esto, me dio un abrazo. Immposible evitar que mi miembro le roce su cuerpo.
siento una sensación muy placentera, y no deshago el abrazo.
- ¿Sabes sobrino?
- ¿qué, tío?
- Cuando subí y te vi inclinado, me dije: qué ricas nalgas tiene ese muchacho.
- Ja, ja, ja. Bueno, eso dicen.
- Lástima que es mi familia, si no ya lo hubiera hecho pagar pato.
- Bueno... si quieres... olvídate que soy tu familia.

18:20
Animado por sus palabras, comienzo a acariciarlo y besarlo en la boca. A medida que esto pasa le voy quitando la ropa, que tampoco traía mucha, pues estamos en verano.
Así desnudo, se inclinó sobre la misma celosía y me abrió sus nalgas.
Le lamí el ano, mientras él gemía y se movía de la excitación.
De vez en cuando le daba nalgadas.
Luego, le rocé mi pene entre sus nalgas, me puse un condón, y lo penetré.
Era increíble estar haciendo el amor con el sol cayendo sobre la ciudad, sintiendo todos sus ruidos allá abajo, y nosotros gimiendo y calentándonos más al escuchar cómo mi cadera sudorosa chocaba contra su trasero estrecho.
Mis manos se mantenían aferradas a sus caderas, y las apreté más cuando sentí mi orgasmo. Luego él se masturbó y eyaculó sobre el falso piso de esa azotea.

18:55
Bajamos a bañarnos juntos y a tener un nuevo coito, esta vez en la cama del cuarto que ocupo allí, haciendo las poses del perrito y piernas al hombro.

19:40
Tras terminar, de nuevo nos bañamos, y quedamos que él me quemaría las fotos en un CD.

19:55
Con el mismo sigilo con que entró, mi sobrino abandonó el edificio.
Media hora después, hice lo mismo, yendo a casa de mi cuñada para cenar.

CONCLUSIÓN
Sé que estoy violando reglas y la confianza de quienes me dieron la chamba, pero es la primera vez que experimento con un hombre y me ha gustado.
Voy a tratar de que se repita, pero cuidando la seguridad de ambos, probablemente por las noches.
Me muero de ganas de ver las fotos, porque dijo que las iba a retocar. Yo creo que no es necesario porque me veo bien, pero él es el especialista.
Si me animo, a lo mejor se las comparto.

Preparado por SOT para Hunks of Piura Entertainment. ©2012
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