viernes, 9 de septiembre de 2022

Ser Rafael 4.4: Control de riesgos


Le guiñé un ojo. Volví a usar mi sonrisa pícara.

“¡Señor, vamos a…”

El resto de la tarde del sábado me la pasé haciendo el amor con Laura en el Dreams.

Me cimbraba con locura, como si quisiera escapar de algo. Ella, más que agradecida.

Lo hicimos dos veces. Al final de ambas, ella descansó sobre uno de mis pectorales, como era su costumbre.

“Parece que esa cerveza te puso muy fogoso”. ¿Seguro que estás bien?”

“Ahora sí estoy realmente bien”.

“¿Y qué te parecieron mis compañeros de trabajo?”

“Todos me cayeron bien; aunque…”

Me quedé estratégicamente en silencio.

“Aunque qué? ¿Alguien no te cayó bien?”

“No es eso”.

“Rafo, te conozco. ¿Quién te cayó mal?”

Justo donde la quería.

“ese tal Eduardo. No sé. Tiene un aura que no me cuadra”.

“¿Un… qué?”

“No me cae. No me da buena espina”.

“¿Por qué?”

“Presentimiento”.

Laura se quedó pensativa.

“Aunque, ahora que lo dices, tienes razón. Ese chico me dio la impresión de que guarda misterios. Desde que entró, me dio esa sensación”.

“Cúidate de él, Laura. No confíes así nomás”.

“Sí, lo tendré en cuenta”.

Grandioso. Mi ‘buena acción del día’ fue todo un éxito.

El siguiente paso es poner a ese Eduardo, Juan, al chico con quien pasé la noche saliendo del cine triple X, fuera de escena, y tenía que ser pronto. Si no, yo sería historia.


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