domingo, 16 de octubre de 2022

ASS (48): Tres gotas de prueba

Juan prefiere entregarse a un trío con Marcano y Julio, como queriendo ignorar algo.



Pasadas las diez de la mañana, Julio llega a su parcela a las afueras de San Sebastián. Encuentra a Juan, vestido solo con un short ceñido,  qquitando maleza de una acequia que lleva agua a los mangos. Por unos segundos, el ex futbolista se enfoca en el pequeño y firme culo de su peón y su cuerpo atlético en general, hasta que recuerda que el chico es gay activo.

“¿Ya te enteraste del accidente?”

Juan casi no reacciona.

“Oe”, insiste Julio sonriendo y palmeándole levemente una nalga. “¿Te enteraste o no?”

Juan reacciona como si recién despertara:

“¿Cuál accidente?”

“Acá cerca. Una mototaxi. Dicen que el chofer y el pasajero se sacaron la mierda”.

“Ah, ¿sí? Algo oí”.

Julio percibe algo, pero no atina a entender de qué se trata. Tampoco quiere preguntar. Entonces suena su celular. Contesta:

“Dime, chamo”.

“¿Siempre quiere que le haga la conexión que me pidió?”

“Si es ahorita, sí; justo estoy en la parcela”.

“Estoy en camino, entonces”.

Media hora después, Marcano llega. Julio va a buscarlo a la puerta de la propiedad y lo lleva hasta un lado de la casa. Ya sin roche, el ex futbolista mete la mano al culo del venezolano, quien solo sonríe.

“Rico y durito”, celebra Julio.

“Oiga, ¿y ya supo del accidente acá cerca?”

“Fueron dos, ¿no? ¿Tú sabes algo?”

“Pues… a uno lo conozco. Entrena con nosotros en el AS: Paco”.

Julio reacciona:

“Ah, mierda, ¡la Paco? ¿Hablas del profe?”

Marcano sonríe:

“Lo conoce?”

“Cuando edú cuidaba la parcela, un día se lo trajo para cachárselo; parece que hicieron un trío, pero no recuerdo con qué otro pata”.

Marcano traga saliva y usa su voltímetro para revisar una línea eléctrica. Julio vuelve a meterle la mano al culo:

“¿Tú ya has cachado con paco?”

Marcano piensa en milisegundos lo que va a decir. Regresa a su memoria aquella orgía en el bañodel AS. Aunque Pedro, el hijo de Julio, no estuvo presente aquella ocasión, sabe que la sola mención del gimnasio podría traer muchas preguntas incómodas.

“A decir verdad, una vez en mi cuarto”, miente el musculoso.

“¿No te dejó sangrando el colchón?”

Marcano se extraña y mira a Julio como resorte. Juan justo aparece en ese momento.

“Ya terminé”, avisa.

“Ayúdanos un toque acá”, pide Julio.

Juan deja la pala en su sitio y acude donde están realizando la instalación. Media hora después, ya está lista. . Los tres varones sudan.

“Pruébemelo”, bromea Marcano.

“Adentro en la ducha te lo pruebo rico”, responde sonriendo Julio.

Los tres varones sonríen. Julio acciona un interruptor y se encienden un par de focos en lo que sería el patio trasero de la casa de campo.

“Todo conforme, como siempre”, dice el dueño de la propiedad. “¿Pasamos?”

Ya desnudos, los tres se meten en la estrecha y rudimentaria ducha, que ahora ya puede utilizarse aprovechando el agua que se acumula en la lagunita existente al centro de la parcela. El líquido cae caliente debido al sol inclemente del norte peruano. Acarician sus cuerpos mientras se jabonan. Julio ahora sí puede meter su mano en medio de esas dos abultadas nalgas y explorar hasta que su dedo encuentra el ano de Marcano, quien no deja de besar la boca de Juan mientras acaricia su pene con una mano y con la otra masturba el suyo.

Julio arrima sus 18 centímetros a la raja del culo de Marcano:

“Quiero metértela, chamito”.

Sin secarse, los tres van al dormitorio. Sobre la colcha tendida encima de la cama, Marcano se pone en cuatro patas y se abre de nalgas. Julio le hace un apasionado beso negro. Juan está del otro lado dejando que el venezolano le chupe el pene.

Julio ssaca un condón, se lo coloca, escupe en el agujero y comienza a meterla poco a poco hasta que la conecta toda dentro de las entrañas del musculoso ahora en su faceta de electricista. Comienza a bombear.

Juan por su parte disfruta viendo cómo su pene erecto entra y sale de la cálida boca de Marcano.

Los dos activos casi eyaculan simultáneamente. Marcano paladea el semen de Juan: un poco ácido, pero rico dentro de su rango de sabores masculinos. Proteína al fin y al cabo. Él prefiere no eyacular; sabe que su leche debe guardarla para el examen médico que pasará más tarde.

Como nunca, Julio despide a Marcano con un apasionado beso en la boca.

“Si estuviera soltero…”

“Fresco”, susurra Marcano sonriendo. “Gracias por todo y por elsexo… Y si hay problemas con la conexión, me llamas, vale”.

Julio acompaña al venezolano a la salida mientras Juan se queda en el cuarto poniéndose ropa limpia. Va a la cocina a ver qué hay para preparar el almuerzo. Después de esa faena, alimentarse es importante.

Está en esa tarea cuando Julio lo llama con un tono distinto, como de alarma.

Al entrar al dormitorio, halla al dueño de la parcela con un gesto muy serio, casi enojado, y la cama con la colcha removida.

“¿Estuvo aquí, no, mierda?”, inquiere Julio. “Estuvo aquí, ¿no, carajo?”

Juan se asusta. Sobre la sábana, tres gotas rojas secas destacan en el blanco de la tela.

Y para terminar, te dejamos con una porno gay.



No hay comentarios:

Publicar un comentario