sábado, 31 de diciembre de 2022

ASS (59): el ‘remember’ de Damián y Sandro

A veces, los policías obtienen información sensible de la forma más inesperada; por ejemplo, tras hacer el amor.



A las 11 de la mañana, bajo el inclemente sol de San Sebastián, Sandro llega a su pensión montado en su bicicleta. Luce un gorro, lentes de sol, camiseta, malla y zapatillas. Se le aprecia en forma. Al aproximarse a la vereda, nota a alguien que mira hacia ambos lados de la pista; su figura le es familiar.

“¡Damiancito! ¡Dichosos los ojos!”

El policía reacciona y sonríe:

“¡Hola Sandrito! ¿Llegando de entrenar?”

“Más o menos… ¡¿y qué milagro tú sin tu moto?”

“Le está fallando el carburador y tuve que dejarla en el mecánico… estoy esperando mototaxi”.

“Ah, entonces estás ocupado”.

“No mucho, ¿por qué?”

Los dos varones suben las escaleras de la pensión.

“Bienvenido a tu primer hogar en San Sebastián”, adula Sandro.

“No ha cambiado mucho, quizás la pintura”, comenta Damián de manera aparentemente despreocupada.

Ambos suben las escaleras y entran al cuarto de Sandro.

“Mucho calor, ¿cierto?”, seduce el anfitrión.

“Si pretendes que me meta a la ducha contigo… la respuesta es sí”.

Sandro sonríe. No espera mucho tiempo y comienza a desnudarse por completo.

“No te pones calzón, ¿ah, vagabunda?”, bromea Damián al ver a sandro sacarse la malla bajo la que carece de ropa interior.

“Si pudiera andar calato sintiendo el asiento en la raja de mi culo, créeme que lo haría”.

Damián también se quita la ropa y se abraza con Sandro. Ambos se besan apasionadamente.

“¿Quién te chapa mejor: ella o yo?”

“ya, Sandrito, no comiences; ¿vamos a ducharnos?”

La pasión continúa bajo el agua. Damián no deja de acariciar las nalgas duras de su amante; mete su mano entre ellas. Logra introducir su dedo medio dentro del ano del ciclista.

“Vamos rápido, mi amor”, sonríe Sandro.

“Quiero meterte mi pinga como lo hacíamos antes”.

Sobre la cama, Sandro se acuesta boca abajo y levanta el culo. Damián se pone el condón, le abre las piernas, le zampa poco a poco su pene erecto.

“Ay, bebe. Despacio”.

Damián se acuesta encima y comienza a bombearle el ano con firmeza. Ambos gimen y jadean sinparar. No cambian de posición. Comienzan a sudar copiosamente.

“Ah, mierda. Me vengo”.

“Dame tu leche, mi amor. Así, dame tu leche, papi”.

Damián se incorpora, se saca el condón:

“Voltéate”.

Sandro gira

Damián casi ahorca a Sandro con sus piernas, le pone el pene en la boca:

“Chupa, mierda”.

En realidad, Damián bombea la boca de Sandro hasta que eyacula:

“Mierda,carajo… ¡la puta!”

Sandro se traga el semen. Damián se acuesta al lado aún desnudo.

“qué rico”, reacciona Sandro.

“No importa cuánto tiempo pase, siempre es un deleite cacharte ese culo”, replica Damián.

“Pero desde que te fuiste de aquí, parece que ya no tienes tiempo para mí”.

“Ese trabajo con la Fiscalía quita tiempo; encima mi señora, mi chibolo. Ya no es igual. Hasta me estoy poniendo panzón, carajo”.

“Pero sigues siendo lindo para mí”.

Damián sonríe, se incorpora y le clava un besito en los labios a Sandro.

“Gracias… Oí por ahí que vas a postular por San Sebastián”.

“Me invitaron. No pude resistir. Si me eligen, te llamo como mi seguridad personal. O mejor, como mi jefe de Seguridad Ciudadana”.

Damián sonríe:

“Con seguir siendo tu cacherazo me conformo”.

“¿y no estás cachando con nadie más? Pensé que tú y Paco… ya sabes… “

“¿Por ese trío que hicimos contigo? Bueno. No te negaré que caché con Paco una vez más, pero me jode que sangre como mierda. Tuve que lavar toda una ropa de cama una vez que lo hicimos”.

“Igual yo. Lástima lo que le pasó. Eso de irse a cachar en el campo, encima en la parcela de ese huevón de Julio”.

“¿Cómo sabes eso?”

“Ay, Dami. No me digas que no lo sabes siendo policía”.

“No. Fue un accidente, según entiendo, pero esos detalles, ni enterado. ¿Paco te dijo algo antes de eso?”

“No… digamos que… hay fuentes, señor poli”.

Damián sonríe otra vez, gira hacia Sandro, se acuesta encima suyo y lo besa de nuevo en la boca:

“quiero cacharte de nuevo… a pelo”

“¿estás sanito?”

“Totalmente. ¿Tú?”

“No sé. No me hice la prueba”.

Damián sonríe otra vez. Lo besa de nuevo apasionadamente en la boca para luego estimular el cuello, luego las tetillas. Toma el pene semierecto de Sandro, se lo mete a la boca y comienza a chuparlo diligentemente mientras con uno de sus dedos le masajea el orificio del ano.

“Ah, ah, Damiancito. Así, chúpamela rico, papi”.

El policía sigue haciendo lo que le piden por largo rato.

“Las voy a dar”, avisa Sandro.

Damián deja de mamar el pene, lo masturba y hace que toda la leche se dispare sobre el abdomen de su amigo.

“Ambos necesitamos otra ducha, creo”, sonríe el invitado.

Tras asearse de nuevo, Damián baja solo hacia la calle otra vez, toma sucelular y marca. Le contestan:

“Tiene que ser esta noche sí o sí. Este huevón sabe más de lo que dice…”

Y para terminar, te dejamos con una porno gay.  | Tuitéanos ahora

  

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