miércoles, 4 de enero de 2012

No soporto que estés bien

Miguel acaba de terminar una relación de varios meses. Es un muchacho que ha decidido divertirse en vez de llorar su duelo.
“¿Qué se ha creído? Parece que nunca hubiera querido sinceramente a alguien”, dice… uno de sus amigos.
No es que el amigo tenga un interés en Miguel, pero es lo que está comentando a  quien se lo pregunte.
La expareja prefiere no hablar y ha decidido que no le hagan recordar a Miguel. Entonces, ¿por qué el amigo toma partido por la expareja?
“Se supone que ha roto una relación. Debería estar triste, pero no: ahí lo tienes divirtiéndose con sus compañeros de la universidad, como si nada”, prosigue el amigo. “Parece que nunca hubiera estado enamorado”.
Miguel se ríe de estas opiniones; “Si ese es mi amigo, imagina a mi enemigo”.
¿Está actuando mal Miguel? Según los especialistas no, pues él ha optado por hacer de lado la depresión, y actuar proactivamente con tal de brindarse tranquilidad emocional.
Entonces, ¿por qué su amigo está afectado?
“Se trata de un viejo problema: si yo no soy feliz, ¿por qué los demás tendrían que serlo?”, nos comenta nuestro especialista.
“No es exclusivo de las relaciones de pareja, sino de familia, de trabajo… en fin, en donde haya un humano que no puede soportar la felicidad, prosperidad o éxito de otro, siempre tendremos este tipo de actitud: la envidia”.
La envidia es mirar con malos ojos lo mejor de los otros debido a que yo no lo tengo.
Hay muchas causas asociadas como una baja autoestima, una mal entendida compasión por la parte débil, o el no tener un mínimo sentido de la prudencia y la perspectiva.
Los efectos inmediatos son el chisme, el rechazo y hasta la violencia sea física o psicológica.
“En este caso el problema no es Miguel, sino el amigo. Éste debe analizar qué le molesta, pero debe entender que las decisiones de Miguel son de Miguel”, sentencia nuestro especialista.
Pero, ¿acaso el amigo no tiene derecho a opinar?
“Claro que lo tiene, pero sobre un fundamento más racional, y en todo caso, si desea opinar que se lo diga a Miguel, no a los otros a espaldas de Miguel”, continúa el especialista.
El amigo no acepta este punto de vista, y mas bien nos dice que a lo mejor estamos del lado de Miguel, y se aleja. El caso es que a Miguel apenas lo hemos conocido diez minutos, así que no podemos juzgarlo a profundidad, y tampoco estamos buscando eso.
La cosa es que estos dimes y diretes llegan a trascender la esfera del círculo cercano, y se puede extender igual que fuego sobre yerba seca.
“Si encontramos otros con los mismos problemas, tenemos terreno fértil para que la reputación de alguien se destruya en cuestión de minutos”, concluye nuestro especialista.
“Si no nos respetamos nosotros mismos, ¿cómo queremos exigir respeto de los demás?”, nos cuestiona un fan de Hunks of Piura por el correo electrónico.
La respuesta más lógica aquí es que no debemos esperar que el resto cambie, cuando cada uno de nosotros no cambia antes.
Y, sin alardear de ello, ser alguien en quien se pueda confiar y con quien se pueda contar para unir antes que separar, construír antes que destruiír, amar antes que odiar.
Tan simple como proponérselo. ¿Hagámoslo ya!

Los nombres e identidades han sido cambiados para proteger la intimidad de las fuentes. Este tema fue pedido por correo electrónico. Opina o propón el tuyo escribiendo a hunks.piura@gmail.com o deja tu comentario aquí abajo.

5 comentarios:

  1. ME PARECE BIEN QUE SE TRATEN TEMAS COMO ESTE QUE NOS AFECTA A TANTOS GAYS.

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  2. Gracias, Laertes. Esperamos sus sugerencias.

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  3. es verdad el problema no es la persona si no uno mismo es facil darse cuenta de ello

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  4. me gustaria que hablen si existe el amor en una relacion gay o es solo una leyenda urbana ????

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  5. Gracias, Luis, Justo estamos trabajando hace tiempo en ese tema. Adelantamos la respuesta corta: Sí, pero no como la pintan. Sigan ingresando y se enterarán muy pronto cómo es eso.

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