viernes, 9 de diciembre de 2011

Comiendo en triángulo invertido

Sí, diciembre es el mes en que más de uno aumenta de peso.
¿Es posible sobrevivirlo sin descuidar la buena forma, y la salud? ¡Por supuesto que sí!
Pero, antes revisemos por qué subimos de peso. En realidad los factores recurrentes son: comer en cualquier momento y en exceso, poco ejercicio, y consumir alcohol como si la profecía del 2012 fuera cierta (no lo es).
Sobre el ejercicio, ya te hemos dado muchos detalles, pero ¿qué hay de la comida?
Obviamente recomendarte una dieta en particular sería temerario, pues cada quien reacciona de manera distinta con su cuerpo; pero sí hay una estrategia que le funciona a todo el mundo, y que es recomendada por endocrinólogos y nutriólogos, aunque no hemos encontrado ninguno en forma, y como para llevarlo... tú sabes a dónde.
Pero, lo pusimos a prueba y sí funciona: es el triángulo invertido.
El esqema se basa en una mala práctica que solemos seguir, esto es, comer poco o nada en el desayuno, algo en el almuerzo, y embotarnos en la cena.
Si pones las proporciones gráficamente, las verás como un triángulo, donde el extremo superior es tu primera comida, y la base es la última.
La consecuencia inmediata de esta mala práctica es que tu metabolismo y absorción se hace más lento, y si has comido grasas, ya fuiste.
aunque parezca sencillo decirlo, todo lo que hay que hacer es poner al triángulo patas arriba, o sea, comer mucho en el desayuno, algo en el almuerzo y poco o muy poco en la cena.
El principio es simple: como al despertar necesitamos más energía, la que, conforme pasen las horas, iremos gastando, lo ideal es que el desayuno sea muy consistente en calidad y en cantidad, de tal modo que el resto de comidas, y hasta refrigerios, sólo sean un complemento.
Ojo, no estamos promoviendo la anorexia o la bulimia, simplemente estamos diciendo que le des a tu cuerpo lo que realmente requiere.
Si haces ejercicio, no te olvides de una buena ingesta de carbohidratos naturales, aunque recuerda que la masa se construye con la comida que se come 12 horas antes y con la que comes en las 2 horas siguientes a tu sesión de entrenamiento.
Si no haces ejercicio, dale más fuerte a los vegetales (en especial las hojas) y las frutas.
En ambos casos, denle un segundo plano a las grasas.
sobre los alimentos concretos que debes consumir, lo mejor es que consultes a un médico, ya que, insistimos, cada cuerpo tiene necesidades diferentes, pero esto del triángulo invertido es una estrategia que no debes dejar de probar.
Y tú dirás: las comidas decembrinas son, generalmente, de noche. ¡Claro, pata! Pero como ya le has metido harto al estómago a lo largo del día, lo último que querrás hacer de noche es empujarte el combate. eso sí, vale la pena que planifiques esas reuniones para que sepas cómo adaptar el esquema a cada día.
además Frieda Holler dice que es de pésima educación arrasar con el plato, entonces, ¡demuestra tu buena educación!
¡Ah! Otro secreto: si en todo lado dicen que debes consumir 2 litros de agua por día (ahora con el verano ponle otros 2), no es por gusto. Esto tiene dos funciones: hidratar y garantizar que tu estómago no te esté pidiendo comida cada rato.
¿Y qué hacer si tienes antojitos entre comidas? ¡Fruta, pe, pata! Es barata, sana y no te aporta cosas que te engordan.
Entonces, sobrevive diciembre con inteligencia, y no pierdas ese cuerpazo que gozaremos en Año Nuevo.

¿Preguntas? escríbenos: hunks.piura@gmail.com, o déjanos tu comentario aquí.

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