Con mucho esfuerzo has conseguido marcar, o, en el peor de los casos, lograr simetría corporal. ¿Es posible que lo pierdas todo durante este fin de semana?
La respuesta es un "sí" redondo, especialmente si no te cuidas.
Y es que, aunque son tradicionales, muchas de las cosas que estaremos a punto de consumir esta Noche Buena son verdadero veneno para nosotros. Aquí va el por qué:
- Panetón: Lo único rescatable son las pasas, que son ricas en proteína; el resto, no. Una tajada de panetón equivale a comerse de un solo golpe cinco panes franceses con todo su relleno, además de grandes cantidades de azúcar (sin contar los preservantes y saborizantes). Un mordisquito, puede ser; pero si ya vas por la segunda tajada, no te lamentes el 31.
- Alcohol: Aunque no lo parezca, es básicamente azúcar de difícil metabolismo, por lo que rápidamente se convierte en fibra adiposa. Eso sin contar el trabajo extra en el sistema digestivo que impide la absorción de cualquier nutriente, más la deshidratación. Usarlo para 'digerir mejor' la cena navideña es más falso que volcán ancashino, o que un billete de 3 dólares.
- Pavo: Una gran fuente de grasa, no importa qué diga el comercial. Y si la salsa que lo acompaña está basada en aceite, peor aún.
- Chocolate: aunque esté caliente, es grasa purita, si no, haz la prueba viendo las gotas aplanadas en la superficie de tu taza. Y, como necesita leche, agárrate.
Aunque la recomendación para la cena navideña es optar por una alternativa más sana, y que incluya las compotas de frutas o el pollo (sí, aunque no lo creas), la única forma de sobrevivir a estos venenos del 24/25 es consumiéndolos lo más poco que se pueda. es más, si pudieras no cenar como acostumbras, y lo pospones todo para la medianoche, sería mejor.
Claro que el lunes puedes ir al gym o retomar tu rutina usual, pero ¿para qué tentar al fracaso, si te habías esforzado tanto?
¿Preguntas? hunks.piura@gmail.com o deja tu comentario aquí abajo.
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